Mirar como se esconde el sol detrás de las montañas puede llegar a convertirse en un momento sublime que a su vez se hace rito.
Perderse en los colores que el cielo toma para sí, será siempre un momento para recordar; e incluso alcanza hasta para llegar a pensar en vos, en tus tiempos, en tantas cosas!
Y aunque no tengas una montaña cerca, atardeceres envidiables sí tenemos… Solo hay salir a buscarlos..
No hay comentarios:
Publicar un comentario